Gran hotel prácticamente en el centro, cruzando la calle y estás en el corazón de la ciudad. Personal amable y servicial, desde la sala hasta el desayuno, amable y sonriente incluso la señora de la limpieza ... habitación limpia y funcional, baño limpio equipado con todas las comodidades, deliciosos chocolates Coem en la cama, que se encuentran en la habitación y el cóctel de bienvenida a nuestra llegada ... excelente desayuno, todo elaborado por ellos, todo muy bueno con estacionamiento, obviamente por una tarifa, pero si dejas el auto en la calle, ¡no pagas! Lo recomiendo encarecidamente y yo mismo no puedo esperar a volver! PD: nuestra habitación daba a la calle ... ¡y me encantó!